Cristina Galmiche, desvela algunas de las intimidades y mitos de las pieles grasa y acnéicas y propone su tratamiento estrella para acabar con el acné
Descubre 10 mitos y verdades que (quizá) no sabías sobre el acné: En este artículo compartimos varios problemas que presentan las pieles grasas, y la solución de Cristina Galmiche.
1. Todas las pieles grasas son iguales. MITO.
No hay un único estándar de piel grasa. Esta puede venir asociada a la sensibilidad, al acné y los puntos negros, a la deshidratación o a las descamaciones e irritaciones.
Por eso, es imprescindible que esté bien gestionada por un especialista, que detecte y diagnostique el origen del problema y prescriba los tratamientos adecuados.
En común tienen que presentan una actividad mayor de la necesaria de las glándulas sebáceas, pero se distinguen varios tipos según sus características.
- Piel grasa seborreica: Las glándulas sebáceas fabrican sebo estimuladas por las hormonas, de ahí que el acné aparezca por primera vez en la pubertad, aunque en la edad adulta pueda surgir también debido a trastornos hormonales varios.
- Piel grasa deshidratada: Se desarrolla cuando la secreción sebácea modifica su composición cualitativa, disminuyendo la proporción de lípidos hidrófilos. O lo que es lo mismo, la epidermis no es capaz de retener agua suficiente y se deshidrata.
- Piel grasa asfíctica: Alcanza este estado por la utilización de cosméticos inadecuados. Por ejemplo, el empleo de productos demasiado astringentes, que cierran los poros y provocan una alteración en la composición del sebo, que se solidifica en el conducto excretor y, debido a la hipertrofia de la capa córnea, tiene dificultades en salir generando la aparición de quistes sebáceos o quistes de millium.
2. Grasa y seborrea son sinónimos. MITO.
La grasa es consecuencia de una producción excesiva de sebo por parte de las glándulas sebáceas debido a múltiples causas.
Mientras que la seborrea tiene su origen siempre en un trastorno hormonal que desequilibra la secreción de grasa de dichas glándulas.
3. Equilibrar una piel grasa supone actuar sobre la epidermis y la dermis. VERDAD.
Si bien es cierto que es en las capas más superficiales donde se manifiestan los síntomas de una piel grasa y el acné, el problema reside en la dermis, donde se encuentran las glándulas sebáceas.
De ahí que haya que actuar en profundidad con protocolos específicos, como la Oxigenación Balance +, que incluyan la extracción de los granitos, puntos negros, espinillas y liberen los conductos sebáceos para que la piel respire, el poro se cierre y no se dilate por “el peso de la grasa que lo bloquea”.
4. Nunca hay que explotar un grano. MITO.
Lo que está terminantemente prohibido es toquetear y reventar las espinillas y demás familia por cuenta propia frente al espejo de casa.
Sin embargo, si hay un brote de acné, este puede ser tratado en cabina, con todas las precauciones e higiene necesarias, para extraer la grasa y evitar que la infección se extienda.
En casa, no; en cabina bajo manos expertas, sí. De hecho, en Cristina Galmiche ofrecemos un Servicio Exprés “quitagranos” gratuito (siempre con cita previa) para todas aquellos clientes que estén bajo tratamiento en nuestros centros.
5. Una crema oleosa puede generar un problema de acné y piel grasa. MITO.
Al igual que ocurre con el color del cabello o los ojos, los problemas de las pieles grasas están condicionados por la herencia genética y se expresan generalmente con los cambios hormonales –adolescencia, embarazos, menopausia-.
Si bien es cierto que los factores externos como la contaminación, la falta de higiene, o la alimentación incorrecta pueden hacer que el problema se acentúe, con la piel grasa se nace.
Una crema inadecuada pude desequilibrar las glándulas sebáceas, obstruir los poros y ser comedogénica, pero no provocar la aparición de una piel seborreica de la noche a la mañana.
6. Limpiar el cutis graso con agua del grifo es perjudicial. VERDAD.
Uno de los puntos más importantes de este post «9 mitos y verdades que no sabías sobre el acné» es algo que poca gente toma en serio: El agua corriente contiene muchas sustancias, tales como cal, cloro o sodio, que agreden abiertamente la epidermis, dejando una sensación de tirantez que resulta muy incómoda, incluso dañina, para los cutis sensibles o reactivos (cuperosis, rosácea, acné…).
¿Lo ideal? Optar por un ritual de higiene facial, como el ritual de limpieza de Cristina Galmiche, que ofrezca bienestar y calme a la vez que despeje el rostro de impurezas.
7. Las mejores bases de maquillaje para las pieles grasas o con acné son las oil free. VERDAD.
Sin embargo, a la hora de adquirirlos, lo importante es comprobar que entre sus ingredientes no contengan demasiados químicos, ni sustancias excesivamente astringentes y que, por supuesto, figure en la etiqueta el consabido “no comedogénico”, es decir que esté formulado para que no obstruya los poros.
Otra máxima y buen hábito sería no olvidarse nunca de retirar el maquillaje completamente antes de acostarse.
8. Los tratamientos “en seco” del acné pueden ser perjudiciales. VERDAD.
Para tratar el acné hay dos opciones: secar el tejido superficialmente o regularlo y sanearlo desde dentro.
Muchos protocolos médicos, estéticos y cosmetológicos escogen la primera opción para eliminar bacterias y grasa (dermoabrasión, peelings, antibióticos…etc.).
Estos ofrecen la ventaja de la inmediatez, pero a la vez son altamente agresivos con la piel, ya que la violentan y abrasan.
Por ello, el abuso de las “tratamientos en seco” puede tener consecuencias muy negativas para el tejido cutáneo. La piel tiene memoria y es imprescindible tratarla con respeto para preservar su salud.
9. Las pieles grasas y mixtas deben de huir de las texturas oleosas. MITO.
Es una creencia muy extendida: “como tengo problemas de grasa –granitos, puntos negros, espinillas, brillos,- debo usar siempre productos astringentes para evitar el exceso de sebo”, nos decimos.
¡Y no! las pieles grasas necesitan hidratación y nutrición como las demás; los principios activos “secantes” muy a menudo terminan por provocar deshidratación, irritaciones, incluso eccemas y dermatitis.
10. La cosmética oil free mejora la piel grasa. MITO.
En un mundo donde estamos saturados de publicidad «verde» y «saludable», queremos destacar otro de los «mitos» que más están extendidos entre nuestras clientas. Dentro de los «10 mitos y verdades que no sabías sobre el acné», queremos poner el acento también en este punto: Los productos libres de aceites no arreglan el problema de una piel con exceso de sebo.
Este tipo de cosméticos, desde las cremas a los maquillajes, lo que sí hacen es evitar la sensación de “pringue” y contribuyen a regular los brillos de manera temporal. Son perfectos como herramienta de control, no de tratamiento.
TIP DE CRISTINA GALMICHE
La Oxigenación Balance + es un protocolo totalmente manual para pieles con acné. Incluso para pieles que tienen asociados otros problemas secundarios provocados por factores como el empleo de ácidos, cosméticos inadecuados, fármacos, contaminación, etc.
Estos factores se manifiestan sobre el cutis con irritaciones, rojeces, hipersensibilidad y desequilibrios en el pH cutáneo, que fomentan la infección acnéica.
Es apta para pieles sensibles, reactivas e incluso pieles con rosácea por el exclusivo empleo de activos biocompatibles de protagonismo marino.
El tratamiento tiene un doble cuidado cosmético en casa para mantener y potenciar el trabajo en cabina:
- La Crema Balance +, para aplicar a diario como crema de tratamiento y control de la grasa.
- La Mascarilla Balance +, para utilizar una vez a la semana.
Sus resultados se aprecian desde la primera sesión y el número de sesiones recomendadas dependerá del estado de la piel por lo que es necesario un diagnóstico previo.